breve historia del convento

Las Comendadoras eran una rama femenina de la Orden de Santiago a la que sólo podían acceder damas de noble cuna. Desde 1584, estas poseían en Madrid unos solares, adquiridos por el entonces presidente del Consejo de Órdenes, don Íñigo de Zapata y Cárdenas.

Tras sugerir a Felipe IV la posible fundación de un convento en esos terrenos, finalmente, en 1650, el rey se decidió a asumir el Patronato de las Comendadoras y a traer monjas de la Santa Cruz (Valladolid). Mientras se esperaba el inicio de las obras, las religiosas habitaban provisionalmente en unas casas de alquiler. Cuando muere Felipe IV, Mariana de Austria continuó con el compromiso, otorgando los bienes necesarios para el inicio de las obras.

Éstas se encomendaron a los hermanos Manuel y José del Olmo, quienes realizaron un edificio que respondía a las necesidades propias del ceremonial de la orden. Además, como reconocen desde la Dirección General de Patrimonio Histórico, la planta central de la iglesia -de cruz griega-también estaría relacionada con la idea de la gran cúpula del tempo de Jerusalén, mitificada por las órdenes militares. Ya en 1774, Carlos II encarga a Francisco de Sabatini la construcción de un nuevo edificio destinado a convento, que ordene y complete la totalidad de la manzana. Su intervención articula las construcciones en torno a un patio-jardín rectangular. Destaca de esta reforma la Sacristía del Convento, obra de Francisco de Moradillo.
Plano cenital antiguo
Con pocas actuaciones más, el uso y el paso de tiempo fueron desluciendo este sobrio edificio que en 1970 fue declarado Monumento Histórico-Artístico. Por ello, en 1999 se realizaron unas primeras obras de emergencia para reparar las cubiertas de los brazos de la iglesia y al final de ese mismo año se redactó el Plan Director para la restauración del conjunto monumental.
Dos años después, en 2001, y por la necesidad de trasladar los cuerpos de las religiosas fundadoras que debían recibir sepultura en ese recinto, también se procedió a restaurar el coro, situado a los pies de la iglesia y obra de los hermanos del Olmo.
Entre 2000-2002, se consolidaron estructuras, incluyendo el recalce de la cimentación, la restauración de pinturas murales y de carpinterías de madera y la rehabilitación de las dos escaleras de Moradillo y el deambulatorio.

La siguiente actuación,  tuvo como objeto la restauración de la Capilla de las Flores, la Sala de Locutorios y la Capilla de la Fuente de los Caballeros. La presentación en sociedad de las obras tuvo lugar con motivo de la inauguración de la exposición «El mundo de Los Madrazo», en la recién restaurada sala de muestras del Convento. Ya entonces, sor Rosario, la madre superiora, pedía «otro esfuerzo más para reconstruir la Sacristía de los Caballeros y las capillitas de detrás para devolverles todo el honor, honra y gracia que tuvieron».

En 2008 se inicia la segunda fase de las obras con la restauración integral de la Sacristía de los Caballeros y otras dependencias del Convento, situadas en la zona nordeste del inmueble con la que se persigue la creación de una sala multifuncional de actividades culturales, la restauración de la antesacristía y su portada como vestíbulo, la creación de una sala de exposiciones del futuro Museo del Convento, la restauración de tres dependencias que serán destinadas a despachos de la futura sede de las Reales Órdenes Militares.
Restauración de la Sacristía
(Fuentes: Mabel Amado, diario ABC, 4/06/2007; web C.A.M.)